
Por Raúl Mendoza C.No es secreto que el nombre de los hospitales de Castañeda lo evocan a él (ver mi artículo hoy en Peru21). Ser “Hospitales de la Solidaridad” ya es un recurso manido de la política. Para empezar, no son hospitales financiados por el alcalde, no le cuestan un centavo a su bolsillo. Los pagan los contribuyentes, a la fuerza y sin saber.Nadie discute que sean de las mejores obras de Castañeda o acaso la mejor; pero por mejor, debiera ser ajena a la demagogia y perdurar como un hospital de todos y para todos. Un hospital solidario es aquel, o aquellos como los que en Estados Unidos son financiados por donativos de la gente. Bulle...