miércoles, 2 de marzo de 2011

A Fernando Barrios León


Por Renzo Cánepa Castillo

Discurso proclamado el 16 de febrero del 2011, en el hotel Crown Plaza de Miraflores, conmemorándose un mes de su sensible fallecimiento.





Estimados amigos,

Es muy grato para mí, en esta noche especial, poder tener el honor de dirigir unas palabras en memoria de la persona a quien considero más que un amigo, sino un padre, debido a que él fue quien hace ya algún tiempo, descubrió en mi aquel instinto político que existía, pero que ni yo mismo conocía.

Fernando Barrios León, fue uno de los políticos liberales peruanos que más he admirado, y sin temor a decirlo, podría mencionar que tal vez fue el único de los liberales contemporáneos que luchó hasta el último de sus días por la defensa del liberalismo sin medias tintas, sin vergüenza por el qué dirán, sin esconder tontamente su ideología política, sin miedo a las críticas; y siempre con los principios bien alineados, lo cual es digno de imitar por aquellos que se llaman a sí mismos liberales pero que se esconden tras de una fachada o se quedan en la discusión y la crítica, sin intentar hacer algo por cambiar el status quo en el que vivimos.

Fernando Barrios León era un político diferente, un soñador que nos llenaba de esperanza y voluntad mediante cada discurso que ofrecía, con lo cual alimentaba cada vez más esta utopía liberal por lo cual estamos hoy presentes en esta reunión, pues cualquier iniciativa que pueda llevar a un cambio en la realidad siempre será bienvenida.

Fernando Barrios León era un conciliador, era amigo de todos pues, quienes lo conocimos de cerca, sabemos que se ganó un respeto y una admiración debido principalmente a su ímpetu y amor a la libertad. Fue el quien, hace poco más de una década, presidió el Partido Liberal del Perú, cuya gran iniciativa permitió, entre otras cosas, que muchos de los liberales peruanos de hoy en día se conozcan y puedan, hoy por hoy, llevar a cabo sus deseos de defender el liberalismo no sólo desde el campo de las ideas, sino desde el campo de la acción.

Fue así como, en aquellos años de estudiante, Fernando Barrios me impulsó a formar un grupo de jóvenes liberales, quienes desde la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, otrora bastión de las ideas de colectivistas y de izquierda, nos manifestábamos a favor de la libertad, de la vida, de los derechos del individuo y de la defensa de la propiedad privada.

Vanguardia Liberal, por aquellos años, era un grupo que posicionó el liberalismo en aquellos estudiantes que, lejos de sentirse conformes con la educación gratuita que se nos impartía, nos sentíamos disconformes con lo que se vivía internamente: profesores mal pagados, servicios precarios, alumnos que no se esforzaban y que por sus vínculos políticos permanecían dentro de la universidad, y educación de baja calidad que no nos permitía competir en el campo profesional con aquellos egresados de universidades particulares. Todo ello, consecuencia de un estado que no hace las cosas bien, que administra mal los recursos y que genera corrupción y prebendas dentro de dónde sólo se debería aprender para vivir.

Hoy en día, hemos nucleado dentro del Movimiento Libertario del Perú, a aquellos políticos liberales que, siguiendo el ejemplo de Fernando Barrios León, hemos decidido tomar las riendas de un discurso que defendemos como nuestro, porque es únicamente desde las ideas liberales que podremos forjar un cambio positivo en la sociedad peruana; y estoy seguro, que desde donde esté, recibiremos su apoyo y cariño, por culminar la tarea que él también forjó.

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