¿Y los niños?
Esa cuestión siempre es levantada
por aquellas que defienden un Estado para su protección. Niños, ellos generan
muchas cuestiones complicadas respecto a la moral libertaria. Si, los
estatistas aman revolverlas para generar las más difíciles cuestiones para
entonces defender al Estado como si el fuese el héroe de ellos. Al final, ¿Cómo
están los derechos de los niños?
En primer lugar vamos a entender
qué es lo que es un niño: Un niño es nada más que una persona tutelada por
adultos y que esa en fase pre-púber. Una persona que no está tutelada puede no ser
considerada niño. ¿Cuáles son los
derechos de él?, básicamente el mismo
que los adultos. El niño puede ser tutelado, luego estaría sujeto al cuidado del
tutor. El debe tener sus derechos preservados y sus tutores tienen
el deber moral de protegerlos, pero ellos – los padres - también tienen el
derecho de renunciar a la tutela. Las
razones las explicaré más tarde. El asunto es imposible de ser abordado sin sufrir
ataques de todos los lados, una vez que el tema es espinoso los positivistas
afirman piadosamente el Estado es
necesario para proteger a los niños. ¿Será así? Creo que no. Para explicar
mejor resolví dividir el artículo en tópicos. Comencemos:
El periodo pre-natal y la aceptación del hijo.
Un tema controversial que genera
divergencia hasta entre los mismos libertarios: ¿El nacimiento del hijo puede
ser interrumpido? Si, en caso que la madre quiera. A partir del momento que la
madre no quisiera mas al hijo allí, ella puede expulsarlo por el simple hecho
de que él ya está siendo coercitivo y parasitario. ¿Por qué no abortar? En
otras palabras, ¿Por qué no la madre puede expulsarlo de su propiedad? Muchos
libertarios (si, existen libertario contra el aborto) alegan que eso violaría
el principio de no agresión, pero expulsar algo que está dentro de su propiedad
por estar siendo coercitivo no es violar el principio de no agresión. Al final,
el feto esta dentro del cuerpo de la mujer y su condición es parasitaria. La
mujer puede expulsarlo, aún cuando la expulsión cueste la vida del feto, al
contrario de lo que sucede en un asesinato, donde la víctima no parasita al
asesino, ya que no está en su cuerpo. La solución para el problema del aborto por
tanto no es su criminalización y si la concientización. La criminalización del
aborto implica una situación sin salida: El acto de expulsar al feto ( y
conscientemente matarlo) puede ser condenable, pero criminalizarlo significa
también la violación del derecho de la mujer de ser libre. Nadie puede
fiscalizar el cuerpo de la mujer en el momento que este cargando un ser vivo
dentro de ella. Por tanto es más lógico convencer a la persona de la
inmoralidad del acto que simplemente castigar a quien lo practica.
Si la mujer, cometiendo algo
condenable pero no criminalizable, puede abortar, ¿Podemos considerar que el
hombre puede hacer la misma cosa? Claramente, si. El hombre puede negar la
paternidad de su hijo. Eso se llama aborto masculino. Eso es una equivalencia
de derechos. Si la mujer puede matar a su hijo dentro del útero, ¿Por qué no el
hombre puede negar la paternidad? La libertad del padre de negar la paternidad
impide diversos tipos de golpes aplicados por medio de las leyes de pensiones.
Al final, golpes al bolsillo siempre ocurrirán, principalmente en Brasil. O sea,
las leyes que teóricamente servirían para proteger a la mujer y al niño acaban tornándolas
parasitas. Concluyese que la mujer puede
renunciar a su maternidad, el hombre también puede renunciar a su paternidad y
sin acabar con la vida del niño.
La crianza, o no.
El hijo nació, ¿Y luego? Podemos decir
que hay una obligación moral de los padres cuidarlo de la mejor manera posible,
pero sería ilegítimo una obligación legal. Vamos a entender lo siguiente: A
partir del momento que los padres tienen a su hijo ellos no cuentan ( y ni
tienen la obligación de contar porque no poseen poder de premonición) con las posibles
casualidades futuras de la vida. Existen muchas situaciones que imposibilitan
el cuidado de los padres, y la pregunta es: ¿Es legítimo que ambos padres
renuncien al cuidado del hijo? Si, es legítimo. Si no fuese así no existirían
adopciones.
Las adopciones pueden ser hechas
entregando o vendiendo al hijo directamente a alguien o alguna institución.
Muchas personas condenan la venta (a pesar de que la entrega sea gratuitamente)
por el hecho de que parezca tener algún fin lucrativo. Sí, hay un lucro
monetario en esa parte, pero eso serviría para compensar la pérdida del cuidado
del hijo. Muchos todavía afirman que muchas mujeres parirían hijos
indiscriminadamente para venderlos como si fuesen bananas, pero eso el mercado
lo resolvería. A la hora que las mujeres
hagan eso – al final, el cuerpo es de ella, así como su problema - , ¿qué sucedería? La oferta de niños estaría
mucho mayor que la demanda, lo que resultaría en una baja de precios y eso
quitaría cualquier incentivo de las mujeres de hacer eso. Pero viene otra
cuestión: La de los riegos. Los padres pueden vender a los niños para pedófilos
u otras personas mal intencionadas. Como si ya no existiese el riesgo con el
Estado o, peor, el de que los padres entreguen a los niños para alguien que
quisiera evadir la burocracia estatal. Riesgos siempre existen desde la de la
fecundación, los padres no saben el futuro y ni cuentan con las posibles
desesperanzas. En el caso de los riesgos de vender a niños para una persona mal
intencionada, debemos decir que la burocracia estatal no ayuda a proteger a los
niños de abusos, ya que condena a muchas a la indigencia. No me refiero apenas
al riesgo del niño de ser entregado a psicópatas, pero el Estado desde el
momento que regula métodos anti-conceptivos hasta la criminalización del aborto,
ya condena a los niños a esos riesgos y fuera del asunto de convertirse en un
marginal. Por tanto, al justificar una
regulación estatal encima de las adopciones, o también la venta del cuidado, es ignorar también todo donde el Estado interviene.
¿Hay riesgos? Hay, pero también no
justifica tales riesgos que nosotros debamos someternos al Estado como si el
realmente salvase a los niños de esos riegos. El Estado pone muchos más niños sobre tales
riegos con su burocracia
Otra manera que tienen los padres
de renunciar a la crianza de los niños es simplemente abandonándolos. Si,
dejarlo en algún lugar en la esperanza de que alguien va a rescatarlo y cuidar
de él. Tal actitud por increíble que parezca tiene su legitimidad, claro está
que es por el bien del niño. Supongamos
que no hay parientes, ni casas de
adopción y la madre no tiene como sustentar al bebe debido a algunas
casualidades. ¿Ella tiene el derecho de abandonar al bebe? Obviamente que si,
ella tiene el total derecho de abandonar al bebe. Claro, desde que el abandono
ocurra en un lugar donde claramente hay una gran posibilidad de que alguien
aparezca para ayudar al bebe. O sea, en
un lugar visible. No me refiero a la orilla de un camino desierto o en el bosque.
Abandonarlo en un lugar no visible implica matarlo. Cuando no hay alternativas
y si la manutención no se guarda favorable a él, considerando los riesgos, prácticamente
no hay diferencia en intentar frustradamente cuidar un bebe a abandonarlo.
La Eutanasia.
En febrero del 2014 Bélgica aprobó
la legalización de la eutanasia en niños. Eso significa muchas cosas, podemos
decir que la legalización implica que todos deben colaborar con el acto de los
padres al decidir matar a su propio hijo si él fuera considerado portador de
una enfermedad terminal. La eutanasia se acostumbra a usar en momentos de poca razón
y mucha emoción. Más aún cuando se trata de niños. En el caso de un adulto
podríamos considerar legítimo el suicidio asistido, pero el mismo no puede ser
en el caso de un niño, ya que el ciertamente no tiene la capacidad para juzgar
su situación. A pesar de que, con o sin Estado, los padres desesperados pueden tomar actitudes precipitadas. ¿Pero
hay como abreviar el sufrimiento de un niño con una enfermedad irreversible y
terminal sin agredirla? Si, simplemente sedarla y dejar que la muerte ocurra
naturalmente. Si se aplica una dosis de cianuro de potasio en el niño para
abreviar su sufrimiento, podemos decir que violaría el principio de no
agresión. Muchas veces el niño ni
siquiera está consciente para decir si quiere realmente eso y siendo los padres
los que cuidan al niño, cabe a ellos decidir lo mejor para el hijo sin
necesidad de tomar una acción que implica acabar con la vida de él. Si los
padres resuelven simplemente interrumpir el tratamiento para dejar al niño
morir naturalmente, ya no sería agresión, ya que optaron por una causa natural
que podría suceden sin ellos tener ninguna culpa. Puede existir una observación:
Los padres no pueden impedir a nadie dar continuidad al tratamiento en el caso
que los padres decidan interrumpir.
Rothbard en su polémica obra La Ética de la Libertad (en el capitulo,
Derechos de los niños) dice que los padres tienen el derecho de dejar al hijo
morir de hambre, estando enfermo o no. El alegato de él genero mucha polémica. Pero
vamos a analizar el contexto. El propio Rothbard explico que en una sociedad
libertaria la única obligación de los padres es no violar el principio de no
agresión. Para él los padres no podrían
aplicar castigos físicos en los hijos, pero no tendrían la obligación de
alimentarlos, educarlos o vestirlos, no se ocuparían de eso. A pesar de que al hacer eso los padres ya renunciarían a la
tutela del niño, luego nadie debe ser impedido de mantener al niño vivo o
también criarlo. Walter Block en su Defendiendo
lo Indefendible ya contraría a Rothbard. Ya en las últimas páginas del
libro, Block dice que los padres no deben dejar a su hijo morir de hambre
porque al decir criarlos ellos adquieren un “titulo de cuidado”. Por tanto los
padres tienen la obligación de por lo menos mantener al niño vivo, que incluye
alimentarlo.
La educación y el trabajo
Ningún niño debe ser impedido de
estudiar o trabajar, así como también no puede ser prohibido. Solo los padres,
como tutores, pueden hacerlo. El Estado comete un error doble al prohibir al
niño trabajar y obligarlo a estudiar. Los niños deben ser libres para optar por
una de las mejores opciones o también las dos. Impedir al niño de trabajar
lleva a diversos problemas, uno de ellos es impedir lo de convertirse en
adulto. Muchos dirán que eso no sería necesario, ya que muchos ricos no
trabajan cuando son niños. Pero eso no justifica tal prohibición, ya que
impedir al niño de trabajar no solo lo impide pasar a una etapa adulta sino también
salir de la miseria. El trabajo infantil nunca es malo cuando es hecho
voluntariamente. El mayor problema es cuando ellos son obligados a hacer eso,
sea por parte de los padres o como parte del Estado, considerando que el
Estado tiene prohibido exactamente hacer lo opuesto: Prohibiéndolos de hacer eso
(trabajar). Los niños deben de tener el derecho de obtener su derecho a
ingresos.
Muchos todavía argumentan que el
lugar del niño es la escuela y no el trabajo. Al final, ¿Quién define eso? ¿Por
cuál motivo el niño debe ser obligado a estudiar en la escuela? No existen
buenos argumentos que se sustenten cuando el asunto es defender la educación
compulsiva. La obligatoriedad apenas impide al niño optar por ser educada en
casa usando su autodidaxia como también impide a aquellos niños maltratados en
la escuela de librarse del problema. Eso aparte de que no es absolutamente nada
productivo insistir en mandar a un
niño indispuesto a estudiar. Sería un gasto totalmente innecesario para
todos, incluso para los padres.
El Estado Papá.
Después de todo esto que leemos
ahora, vamos al totalitarismo de Estado Papá. Si, aquel Estado que quiere
regular absolutamente todo, pensando en los niños, creyendo que no son los
padres capaces de cuidar a sus propios hijos. En prácticamente todo hay control
de edad: Bebidas, películas, juegos, revistas, libros, etc. Si no fuera suficiente para el Estado, quiere
controlar lo que pueden o no comer los niños en la escuela y con qué tipo de
juguete jugar.
El Estado no reconoce en ningún momento
el cuidado de los padres, el impone una ley y dice que debe ser seguida, solo
eso. ¿Quién mejor para cuidar a los niños si no son los padres? Claro que las
dudas existen y los consejos son siempre bienvenidos, pero no es el Estado
quien debe decir cómo debemos cuidar de nuestros hijos. No es el que debe decir
donde nuestros hijos deben nacer, estudiar, trabajar, vivir y ni lo que deben
hacer, comer, beber , leer, mirar, oír o jugar. Todo eso debe ser decidido por
los padres.
Por tanto el cuidado debe ser al
100% de los padres o de quien adopta un niño. Es de ellos la obligación de
proteger al niño, pero también tienen el derecho de renunciar al cuidado del
niño cuando lo juzguen necesario. El Estado al interferir en eso perjudica
tanto a los padres como a los niños. El no tiene legitimidad alguna para eso.
La disculpa para proteger a un niño no pasa de una justificación para controlar
de manera autoritaria y al mismo tiempo adoctrinar.
Autor: Luciano Takaki
Publicado Originalmente en: Blog Do Takaki
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